Y atacaron a gente indefensa... era su país y se sentían legitimados para hacerlo, y lo hicieron... entraron casa por casa asesinando, destruyendo... eran diferentes y eso justificaba sus acciones, a fin de cuentas defendían su patria de la amenaza de la diferencia... daba igual que utilizaran el armamento de un ejército contra familias indefensas... todo estaba permitido.
Luego llegó el ataque a los países vecinos, con el poderío militar acumulado en la misma medida en que acumulaban odio, atacaron al vecino, ellos también son distintos, ellos también merecen morir... se saltaron las fronteras, la ley internacional, y el mundo miraba a otro lado impasible...
Es curioso, este podría ser el relato de los acontecimientos que están ocurriendo ahora mismo en el Líbano (país soberano) y en los 'vertederos de palestinos' en los que Israel ha convertido lo que la comunidad internacional quiere que sea un futuro estado, pero hace referencia a otros acontecimientos, los ocurridos en Alemania el 9 de noviembre de 1938 (la noche de los cristales rotos) y la posterior invasión de Polonia que daría lugar a la II Guerra Mundial.
Esta vez las víctimas eran los judíos, ellos eran los otros, lo que me llena de ira es que los que sufrieron aquel genocidio se hayan convertido en genocidas... que no se les revuelvan las tripas cuando se dan cuenta de que hacen pasar a otros lo que tanto recuerdan en su memoria colectiva y tanto insisten en que no olvidemos... ahora la excusa es el secuestro de algunos militares israelíes... en el 38 fue el asesinato de Vom Rath... tanto da la excusa... no deja de ser excusa...
En mi ataque de ira intento pensar 'merecían el holocausto', y una nausea recorre mi cuerpo y me doy cuenta de que soy físicamente incapaz de pensar, siquiera en el más feroz ataque de ira, que algún pueblo pueda merecer algo que se parezca lo más mínimo al holocausto, y entonces pienso aun me queda algo de humanidad, ójala los dirigentes judíos y sus votantes puedan mirarse al espejo y pensar lo mismo...
Luego llegó el ataque a los países vecinos, con el poderío militar acumulado en la misma medida en que acumulaban odio, atacaron al vecino, ellos también son distintos, ellos también merecen morir... se saltaron las fronteras, la ley internacional, y el mundo miraba a otro lado impasible...
Es curioso, este podría ser el relato de los acontecimientos que están ocurriendo ahora mismo en el Líbano (país soberano) y en los 'vertederos de palestinos' en los que Israel ha convertido lo que la comunidad internacional quiere que sea un futuro estado, pero hace referencia a otros acontecimientos, los ocurridos en Alemania el 9 de noviembre de 1938 (la noche de los cristales rotos) y la posterior invasión de Polonia que daría lugar a la II Guerra Mundial.
Esta vez las víctimas eran los judíos, ellos eran los otros, lo que me llena de ira es que los que sufrieron aquel genocidio se hayan convertido en genocidas... que no se les revuelvan las tripas cuando se dan cuenta de que hacen pasar a otros lo que tanto recuerdan en su memoria colectiva y tanto insisten en que no olvidemos... ahora la excusa es el secuestro de algunos militares israelíes... en el 38 fue el asesinato de Vom Rath... tanto da la excusa... no deja de ser excusa...
En mi ataque de ira intento pensar 'merecían el holocausto', y una nausea recorre mi cuerpo y me doy cuenta de que soy físicamente incapaz de pensar, siquiera en el más feroz ataque de ira, que algún pueblo pueda merecer algo que se parezca lo más mínimo al holocausto, y entonces pienso aun me queda algo de humanidad, ójala los dirigentes judíos y sus votantes puedan mirarse al espejo y pensar lo mismo...
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