Mi hija de 10 años está descubriendo a Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento. Me hace muy feliz poder disfrutar con ella de poesías como esta, y escuchar las, a veces profundas y a veces divertidas, interpretaciones que hace de cada estrofa.
Y también me desorienta, y me pone muy triste, intentar explicarle el porqué del hambre, la guerra, la cárcel, y la muerte de un escritor que no podía renunciar a sus poemas... ¿cómo se puede renunciar a pensar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario