En primer lugar, me gustaría recomendar la peli de Woody Allen "Bananas", es un reflejo satírico, de las no tan divertidas revoluciones y dictaduras, con las maniobras externas correspondientes, en la convulsa política de Latinoamérica durante los años 70.
Y ahora veamos que las cosas no han cambiado tanto, las dictaduras prácticamente han desaparecido (sólo queda el dictador cubano), y las democracias se han impuesto, eso sí con ciertas peculiaridades que las hacen muy pintorescas, ya sean los discursos televisados de Hugo Chavez o los jerséys de Evo Morales...
Sin embargo, permitidme decir que actuaciones como la de López Obrador, el candidato socialista en las últimas elecciones mexicanas, me hacen recordar que muchos de aquellos gobiernos siguen pareciendo repúblicas bananeras.
Este pájaro ha perdido las elecciones, pero se empeña en echar a la gente a la calle y autoproclamarse Presidente, en contra del legítimo vencedor (reconocido por el tribunal electoral, el parlamento, el resto de países, la prensa, y hasta su santa madre). Total, que hasta el Gobierno español (socialista también, por cierto) intercede para que este individuo vuelva al lugar que le corresponde, la también legítima labor de oposición.
Lejos quedaron los tiempos en los que ante una revuelta popular contra un gobierno democrático (el golpe de estado de Venezuela de 2002) el gobierno español manda a su embajador a visitar al presidente interino golpista...
En fin, cosas de repúblicas bananeras... en nuestro país nunca ocurrirían hechos así, nunca un partido político montaría exhibiciones públicas de apoyo a un delincuente prevaricador sentenciado por el máximo tribunal, el Tribunal Supremo (no presunto, sino delincuente). Ni el presidente de una comunidad autónoma, del mismo partido, defendería a ese delincuente. Ni el partido que en su código deontológico indica que actuarán ante simples imputaciones de delitos, apoyaría al delincuente. Ni calificarían las decisiones de éste de políticas, ni mucho menos recogerían firmas para solicitar su indulto.
Vamos, y de indultar a jueces prevaricadores... vamos eso no ocurre en España ni de broma.
Para terminar, un simple apunte de cultura general. La prevaricación es el peor delito del que se puede acusar a una persona que ejerza un cargo público, sea Alcalde, Juez o simple funcionario. Los poderes públicos se arrogan de ciertas potestades para ejercer sus funciones equitativamente, ejercer esas potestades injustamente, a sabiendas, es duramente castigado por esta figura legal, no es una broma, vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario